El colágeno es lo que mantiene la piel, cabello y uñas con un aspecto vibrante y juvenil. Y también es el pegamento celular que ayuda a mantener unido todo el tejido conectivo del cuerpo; les proporciona estructura a sus huesos, músculos, tendones, cartílago articular, vasos sanguíneos y órganos, incluido todo el sistema digestivo.
Cuando se es joven, el cuerpo produce suficiente colágeno para mantener flexibles y juveniles los tejidos. Pero conforme pasan los años eso cambia.
A los 40 años, la capacidad del cuerpo para producir su propio colágeno disminuye cerca del 25 % y a los 60 años, sus niveles disminuyen a menos de la mitad en comparación con los niveles juveniles. Para cuando llega a los 80 años, tiene aproximadamente cuatro veces menos colágeno.
Dado que el colágeno proporciona la fuerza y firmeza para mantener la estructura de su piel, su pérdida hace que la piel se adelgace y da lugar a la aparición de arrugas, líneas de expresión y flacidez.
Lo bueno es que realmente puede disminuir su índice de pérdida de colágeno e incluso es posible restaurar sus niveles.
La proteína de origen animal es una excelente fuente de colágeno, pero por lo general no se encuentra en un filete ni en otras carnes que normalmente consumimos. Si hierve los huesos, articulaciones adyacentes y el tejido conectivo, crea un caldo de hueso rico en colágeno que libera minerales de fácil absorción con el fin de promover la producción de colágeno en su cuerpo.
El caldo de hueso con colágeno ofrece múltiples beneficios para sus huesos y articulaciones, músculos, salud digestiva e intestinal, así como para su piel, cabello y uñas.
Sin embargo, la gran mayoría de los caldos de hueso que hay en el mercado no son de animales criados de forma orgánica, en especial los caldos de hueso de pollo. Y con frecuencia están diluidos y tienen azúcares y sabores añadidos con el fin de mejorar su sabor.
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